Guarda meteoros en el bolsillo;
lunas pardas, vidas equinocciales.
Un fuego eclíptico la médula
te rasga mientras tú -omnipotente-
escupes cometas matinales.
Antes que un solsticio ensombrezca
tus ocasos, pare de una vez la noche.
Creaste leves universos y trópicos
menguados. Música.
No corras, el diablo te pisa
los talones.
Ya no hay luz.