En mi río los líquenes
huelen a viejo.
Siglos han viajado ligeros en él.
Se escuchan voces rodantes:
sabio manto freático.
Allí Adán seduce a una sirena,
juntos engendran niñez.
El río vive de tu lluvia,
al margen de mi ombligo.
Se enredan en sus
remolinos peces/voces, medusas/raíces
tú/yo.
Nuestro río sueña lunas,
sueños salpicados de ti.
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